Entre tanto papeleo de fin de año (acostumbro a realizar una limpieza profunda cada vez que termina el año) me encontré con tantos pedazos de mi corazón regados por ahi, ya que cada recorte de periodico, cada fotografía que encontré, cada servilleta guardada, (doblada y casi amarillenta por el paso del tiempo) hilos o pedacitos de papel de caramelo, cualquier chuchería, tienen un recuerdo especial. En mi escritorio tengo un cajón, donde guardo de todo, (y cuando escribo de todo es literalmente de "todo") si quiero encontrar algo, corro enseguida a mi cajón y "eureca" ahi lo encuentro, va desde números de telefonos, direcciones, nombre de alguna pastillas, algún apunte de alguna receta, en fín, quedó claro que en mi cajón guardo de 'todo'. encontré cosas muy antiguas, incluso algunas cosas que en la limpieza anterior no las desheché, pero ahora con el transcurrir de dos años, ya practicamente había perdido el interés en algunos artículos: las servilletas que colecciono, de los lugares que visito, ya no me pareció un buen pasatiempo, definitivamente, tengo que buscarme otra cosa que coleccionar, y entre tanto cachibache, encontre unas fotos, desde cuando era estudiante del colegio, y bueno, como ha pasado en tiempo. Al ver cada foto no pude dejar de esbozar una sonrisa y la nostalgia me invadió en más de una ocasión, las fotos por obvias razones no las desheché pero lo demás ya se habían convertido más en basura que en recuerdos. Se dice que es una actitud muy de humanos eso de guardar o acumular cosas, son nuestros apegos, nuestros recuerdos que de alguna manera no queremos dejar ir, los motivos son muchos ( y las excusas también) para guardar en un cajón nuestros recuerdos, como si en un cajón se pudieran capturar todos, y las vivencias también.
Llegó el medio dia y yo no habia podido terminar de ordenar mi cajón, los recuerdos eran muchos, y algunos todavía me resistía a hecharlos de mi vida. Algunos sentimientos volvieron a salir a flote, otros ya casi muertos, esos fueron los papelitos que voté sin ningún reparo. Al final triunfó el ordén, mi cajón quedó visiblemente mas desocupado, mas ordenado y "limpio", realamente algunas cosas si eran "basura", otros no, pero ya era hora de "dejarlos ir", así es que me decidí dar por terminada esa relación tan estrecha que tenía con esos recuerdos, al final.
Todos esos "apegos" que no nos permiten seguir adelante, en algún momento, y por alguna razón terminamos con esas ataduras, y continuamos con nuestras vidas, algunas veces más pronto otras más tarde pero como dice el refrán: " mas vale tarde que nunca".
Bienvenido 2012¡¡ empiezo con cajón limpio, ordenado y casi vacío.
Un abrazo¡
Un año mas otra oportunidad¡¡ lindo blog, me encanta lo que escribes.
ResponderEliminarUn abrazo