Hoy vi con decepción como un señor le gritaba a su esposa, que cosa más indignante, no sólo porque le gritaba en la calle, a vista y paciencia de todo el mundo, sino porque, por mucha razón que haya tenido, nada, lèase bien NADA, da el derecho de gritar a su esposa de esa manera; no sólo por ser quien era (la madre de sus hijos, su compañera, su etc, etc.) sino por el hecho de ser mujer, si, por ser MUJER¡. El hecho de que haya llegado la liberación femenina, no quiere decir que hemos dejado de merecemos respeto, y una cosa no tiene nada que ver con la otra. Si nosotras exigimos ser tratadas por igual, eso no significa que deban faltar a lo màs sagrado de una persona: la dignidad. Se toma con mucha ligereza el tèrmino liberaciòn femenina, si liberaciòn lo que no es lo mismo: "ahora somos vulgares y debemos ser tratadas como tal, NO, nada màs alejado de la verdad. La libertad como muchas la vemos tiene que ver con romper los paradigmas de que nos vean por igual, que podamo
ESCRIBIENDO CON EL CORAZON